Durante varios años (1999-2001) tuvimos extensos debates y muchas dudas y centenares de conversaciones y reuniones sobre cómo homologar la actividad artístico-creativa de los actores y de los directores teatrales con la de los dramaturgos del Taller.
Finalmente encontramos una solución. No es lo mismo montar una obra teatral ya escrita en su versión definitiva por algún autor ajeno (clásico o contemporáneo), a la que el director le mete ocasionales retoques, que recibir una pieza teatral en avance para su consideración como texto montable, dispuesto a modificaciones definitivas, y cuyo autor es parte de nuestro activo teatral y pretende agregarla como patrimonio de nuestro movimiento. Para esos casos decidimos que tales obras fueran consideradas formalmente como producto de este Taller de Dramaturgia.
Por esa vía hemos asumido, montado y estrenado varias obras. En varios casos a partir de una idea dramatúrgica que pasó a ser parte del trabajo colectivo de alguno de los grupos teatrales, dentro de su propia dinámica; y en otras ocasiones como propuesta literaria para que después se le adjudicara compañía que la estrenara.
En este apartado, entonces, no necesariamente se hace un llamamiento formal al Taller y sus miembros. A veces solo a algún componente de refuerzo; en otras ni eso. Pero entre nosotros, oficialmente, se consideran textos producidos por este Taller.
Eso resolvió, de paso, la revaloración a posteriori de otras obras que habían sido escritas y montadas años atrás mediante esta vía.
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