Es una actividad que realizamos ocasionalmente, de manera preferente en la sección formativa.
Surgió de manera natural cuando hace mucho un destacado poeta de la zona nos entregó el texto de su única obra de teatro escrita por él 30 años atrás. Pero ser buen poeta no implica tener igual nivel como dramaturgo, máxime sin haber continuado trabajando en esa faceta. Detectamos varios problemas graves en el desarrollo argumental, en la coherencia estilística, en general en la historia que se contaba. Ahí se nos ocurrió que los alumnos de Dramaturgia tuvieran como uno de sus trabajos la tarea de analizar esas carencias y proponer soluciones alternativas que mejoraran la obra, ejercicio que nos dio buenos resultados. A partir de ahí lo volvemos a aplicar ocasionalmente con otros textos.
Ahora, con internet, el abanico y posibilidades se amplía enormemente y estamos abiertos a propuestas.
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